Tomates al natural (en conserva)



Ésta es una idea fantástica para disfrutar de tomates de temporada durante todo el año. Son un fondo de despensa indispensable y es una forma de darle salida cuando tenemos mucha cantidad. Hay varias formas de hacerlo: sin pelar, sin pepitas, con algo de aceite, sin sal... yo probé a hacerlo tal y como aquí os pongo y estoy encantada del resultado. Lo ideal es elegir tomates es su punto y sanos. También podemos hacer esta conserva con tomates bien sazonados, añadiendo lo que se nos antoje (aceite, orégano, ajo...)
Disfrutar de los tomates de mi huerta en cualquier época... no tiene precio!





Lo primero es hacernos con unos tarros de cristal, con su tapa y que cierren bien. El tamaño dependerá del uso que vayamos a hacer luego.
Tenemos que esterilizarlos, lo cual haremos hirviendo tarros y tapas (por separado) durante 30 minutos.

Para pelar los tomates, los escadaremos en agua hirviendo durante unos minutos. Así los pelaremos con mucha facilidad.

Una vez hecho esto los estrujamos para que pierdan agua y parte de la pepitas. Lo haremos sobre un bol para reservar ese jugo.
Los vamos introduciendo en los botes, intentando que no queden burbujas de aire.

Llenamos hasta arriba y por último vertemos el jugo reservado para que el bote quede a rebosar. (Podríamos sustituir este jugo por un buen aceite de oliva). Echamos un poco de sal en cada botecito y unas gotas de zumo de limón, para garantizar la perfecta conservación.

Cerramos bien los tarros y los ponemos a baño maría durante 30 minutos para hacer el vacío. Es decir, los ponemos en una olla con agua hirviendo, procurando que el agua cubra los botes un par de centímetros. Pasado este tiempo, dejamos enfriar dentro de la misma olla. Sacamos los tarros, los secamos... y listos para guardarlos en la despensa, o en un sitio donde no les de la luz.


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