La receta original italiana no lleva ni nata ni cebolla. Se trata de una salsa fácil y rápida. E ideal para preparar para uno solo.
¡Un clásico!
PARA 1 PERSONA:
- 80 gr. de spaghetti, mejor cuadrado que circular
- ½ loncha de ½ cm. de tocino de mejilla de cerdo (o bacon ahumado)
- 1 huevo
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada colmada de queso rallado (20 gr. aprox): Parmigiano Reggiano, Grana Padano, Pecorino... etc.
- pimienta negra (molinillo)
Mientras que hierve el agua para la pasta, en una sartén se cuece con fuego bajisimo el tocino en poco aceite de oliva. Tiene que fundirse, no freír o dorarse, y el aceite tiene que ser poquito porque el tocino suelta bastante grasa.
Mientras se bate el huevo, como si hubiese que hacer una tortilla, se mezcla con el queso rallado como polvo.
Se escurre la pasta (al dente), y se mezcla con el sofrito (yo lo hago en la misma sartén).
Ahora (importante) se apaga el fuego, y se echa el huevo batido. El huevo no tiene que cocer !!! Tiene que adensarse apenas por el calor mismo de la pasta, pero quedándose fluído.
Se sirve en los platos rápidamente, para que se quede caliente.
Espolvoreamos con una generosa cantidad de pimienta negra rallada en el momento (es importante el sabor de la pimienta).
Listo.
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