Esta receta se puede preparar también con 1 conejo, o medio pollo troceado. Las cantidades las he puesto como para hacer ½ kg. de pechugas, pero podemos variarlas a nuestro gusto. El pimentón no es imprescindible, pero le da un puntito de color y sabor.
Ésta es una forma estupenda de disfrazar unas tristes pechugas de dieta.
Fuente: "Menús para estar sanos" de Cristina Galiano
- 400 ó 500 gr. de pechugas de pollo
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 8 ó 10 dientes grandes de ajo
- 10 ó 15 cucharadas de vinagre blanco (1 dl.)
- sal
- pimienta recién molida (mejor blanca)
- una pizca de pimentón D.O. Murcia (opcional)
Cortamos las pechugas en trozos o tiras no muy finas.
Pelamos los ajos.
Calentamos en una cacerola o sartén el aceite (yo he utilizado un wok). Cuando esté caliente, añadimos los tacos de pollo y sofreímos hasta que estén dorados por todas partes.
Una vez dorado, salpimentamos (poco, porque luego el majado aportará más sal), tapamos la sartén y bajamos el fuego al mínimo (vigilando que no se pegue).
Mientras, machacamos en un mortero los ajos limpios con un poco de sal gorda (facilitará el majado) y una pizquita de pimentón (también lo podemos incorporar al final de la receta). Añadimos el vinagre a esta papilla y mezclamos bien.
Ahora añadimos el majado a la sartén, y dejamos cocer 1 ó 2 minutos para que se impregne bien con el sabor del ajo y el vinagre. Si vemos que el vinagre desaparece y se evapora enseguida, podemos añadir unas cucharadas de agua. Listo.
*Si hacemos esta receta con conejo o pollo con huesos, tendremos que tener más tiempo cociendo la carne (10 minutos aproximadamente) mientras hacemos el majado, con más calma.
Gracias!¡Quedó muy rico!
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