Tarta Guinness® [Thermomix]

Lo más sorprendente de esta tarta es el color casi negro del bizcocho. Es muy suave, esponjoso y no sabe para nada a cerveza.

Es bastante calórica porque lleva mucho azúcar, lo que compensa el sabor amargo de la cerveza.

El frosting de nata, queso y azúcar es la cobertura ideal.

Por un lado aporta otra textura al postre, más suavidad y la combinación de sabores es perfecta. Por otro, conseguimos que estéticamente recuerde a una pinta de cerveza Guinness®.

Deliciosa y sorprendente, para dejar a vuestros invitados con la boca abierta.

Fuente: Nigella's, siguiendo los pasos para Thermomix-31 de Velocidad Cuchara

• 250 gr. de harina de trigo
• 75 gr. de cacao en polvo
• 400 gr. de azúcar
• 2 cucharaditas y ½ de bicarbonato
• 250 ml. de cerveza negra Guinness®
• 250 gr. de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente)
• 140 gr. de nata líquida (para montar)
• 2 huevos
• 1 cucharadita de vainilla líquida

Para el frosting:

• 300 gr. de queso crema (tipo Philadelphia®)
• 150 gr. de azúcar
• 350 gr. de nata líquida (para montar)

Precalentamos el horno a 180º.

Vertemos en el vaso de la thermomix, la harina, el cacao, el azúcar y las dos cucharaditas y media de bicarbonato. Mezclamos todo 15 segundos en velocidad 5.
Reservamos en un bol.

Ponemos en el vaso (no hace falta lavarlo) la cerveza y la mantequilla a temperatura ambiente, y mezclamos 3 minutos, 50º, velocidad 2.
(Aunque no alcancemos esa temperatura, no importa. Es sólo para que se caliente la mezcla y se integre bien la mantequilla.)
Añadimos a lo anterior la nata, la vainilla y los huevos y batimos 15-30 segundos en velocidad 2 y ½.
Ahora programamos la Thermomix en velocidad 3 (sin tiempo) y vamos incorporando la mezcla de harina, azúcar y bicarbonato que teníamos reservada.
Cuando estén bien integrados los ingredientes líquidos y secos,  vertemos la mezcla en un molde redondo previamente engrasado. Si es de silicona no será necesario.

Horneamos a 180º durante unos 50 minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo comprobamos que está bien cocido metiendo un palito, si sale seco, es que está perfectamente cocida.

Desmoldamos con cuidado cuando temple y dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla. Mientras, preparamos el baño de nata, queso y azúcar que recordará a la espuma de la famosa cerveza.


El frosting:

Lo primero es batir bien el queso con el azúcar.
Echamos el azúcar en el vaso y lo pulverizamos programando 30 segundos en velocidad progresiva, de 5 a máxima.
Ahora programamos velocidad 3, sin tiempo, y vamos agregando el queso por el bocal.
Reservamos.

Ponemos la mariposa en las cuchillas y echamos la nata MUY fría. La montamos en velocidad 3 y ½,sin programar ni tiempo ni temperatura.
Debemos estar muy atentos para que no se nos pase y se haga mantequilla. Miraremos constantemente por el bocal del vaso. El sonido de la máquina también nos ayudará a saber que la nata está montada, será un sonido más sordo (como pasa con la bechamel).

Unimos la nata montada con la mezcla de glas y queso crema, con movimientos suaves y envolventes.
Sólo queda cubrir el bizcocho con esta crema y dejar reposar en frío al menos una hora antes de consumirla.