En esta receta podemos cambiar las fresas por cualquier otra fruta deshidratada, confitada o escarchada.
También podemos utilizar un poco de colorante rojo y una cucharadita de esencia de fresa, frutos rojos... todo depende del sabor que más os guste.
Fuente: La casita verde
- 190 gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar glas
- 1 cucharada de azúcar vainillado
- 250 gr. de harina de trigo
- 160 gr. de fresas deshidratadas
- 1 yema de huevo
- azúcar blanco (para rebozar los rulos de masa)
Las fresas utilizadas en esta receta están parcialmente deshidratadas. La textura es como de gominola, y pueden comerse tal cual. Podemos encontrarlas en ferias, algunos supermercados y en tiendas de chuches. Son ideales para añadir a galletas y magdalenas por el bajo contenido en agua y el alto en azúcar.
Batimos la mantequilla para que quede con textura pomada. Nos ayudará el tenerla a temperatura ambiente.
Vamos añadiendo el azúcar glas, el vainillado y batimos hasta que blanquee y quede todo bien integrado.
Ahora añadimos la harina tamizada y mezclamos bien.
Troceamos finamente las fresas secas y las incorporamos a la masa. Deben ser trocitos pequeños, si no tendremos problemas al cortar las pastas, en cuchillo tropieza con facilidad en trozos grandes.
Cuando esté todo bien mezclado, hacemos una bola y la envolvemos en papel film.
Dejamos reposar en la nevera una media hora, para que asienten los ingredientes y nos sea más fácil manejar luego la masa.
Tras este tiempo, sacamos la bola y hacemos dos rulos cilíndricos, que volveremos a envolver en film transparente.
Guardamos estos cilindros de masa en la nevera, para que endurezcan. Tendrán que estar como mínimo unas 2 horas.
Precalentamos el horno a 180º.
Mientras, sacamos los rulos de la nevera, les quitamos el papel film y pincelamos con la yema de huevo.
Luego pasamos por el azúcar y "rebozamos". La yema hará de "pegamento" y el azúcar quedará muy bien cuando cortemos las pastas.
Ahora cortamos los rulos en rodajas de 1 cm. y las vamos colocando con un poco de separación en una bandeja de horno forrada con papel vegetal.
Horneamos 15 minutos, y cuando estén cocidas las dejamos templar en la misma bandeja, porque estarán blanditas.
Retiramos de la placa y dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
*Para guardarlas en una lata hermética deberemos dejar que enfríen totalmente un par de horas
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