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Petit suisse ligero de fresas frescas [Dieta]



Estos "petit suisse" caseros son la versión de dieta de los "Petit suisse de fresas frescas [Thermomix]" que están hechos con nata, azúcar y queso más graso. Se pueden hacer de cualquier fruta fresca o envasada en su jugo. 
Si queremos utilizar la gelatina en láminas, la equivalencia es de 6 hojas = 1 sobre. Sólo tendremos que hidratarla un poco, siguiendo las instrucciones del fabricante.
 * La gelatina NO cuaja con ciertas frutas como sandía, melón o piña: 
Estas frutas, sobre todo cuando no están bien maduras, contienen una enzima proteolítica llamada bromelina (que se encuentra principalmente en la piña, pero también en otras frutas en menor cantidad); esta enzima se usa como ablandador de carne porque hidroliza (rompe) las moléculas de proteína. La gelatina está hecha de grenetina, que se extrae del cartílago de animales, o sea, de proteínas. Cuando viertes la gelatina sobre las frutas, esta enzima degrada a la grenetina y por eso no cuaja. Podemos cocer las frutas en agua caliente antes de ponerlas en la gelatina; de esta manera inactivamos la enzima; por eso si usamos fruta enlatada o en almíbar no sucede eso.


  • 500 gr. de fresas frescas limpias y sin rabitos
  • 200 ml. de leche desnatada
  • 1 sobre de gelatina neutra Royal® (o 6 láminas de cola de pescado)
  • 500 gr. de queso batido 0% M.G.
  • 1 ó 2 cucharadas de edulcorante líquido (según cómo nos guste de dulce)



Lavamos bien las fresas y les quitamos el rabito. Las ponemos en un cuenco y con la batidora las trituramos a máxima potencia hasta que estén hechas papilla.
Reservamos en un cuenco amplio.

Ponemos en el un cazo la leche y la gelatina neutra en polvo.
Removemos y calentamos a fuego medio la leche. Siempre moviendo con las varillas para que la gelatina se mezcle bien y no queden grumos.
Si usamos gelatina en hojas, las añadiremos ya hidratadas a la leche una vez esté caliente (pero sin llegar a hervir).

Cuando la gelatina esté completamente disuelta, retiramos del fuego.

Al cuenco de las fresas en puré le añadimos el queso batido y el edulcorante, y mezclamos bien unos segundos con varillas manuales o batidora.
A esta mezcla le añadimos la leche con la gelatina disuelta y batimos bien hasta conseguir una crema homogénea.
Cuanto mayor sea la potencia de nuestra batidora, más fina quedará la crema.

Ponemos la mezcla en vasitos y dejamos enfriar en la nevera unas horas para que cuaje.



Crema ligera de guisantes [Thermomix]



Esta crema la podemos disfrutar tanto en caliente como en frío, como prefiramos. 
En frío podemos servirla decorando con un poco de "crème fraiche" o nata; un hilillo de aceite de hierbabuena o albahaca, o simplemente las hojitas; y si queremos aportar un poco de ácido, un chorrito de zumo de limón. 
En caliente le queda muy bien unos picatostes de pan, lascas de parmesano, jamón serrano crujiente (hecho en el microondas entre dos trozos de papel de cocina), o huevo duro picado.
Si queremos ofrecer esta crema como aperitivo, servimos en vaso de chupito. Éxito asegurado ante nuestros invitados.
Y si queremos enriquecerla, sólo tendremos que añadir unos 200 gr. de nata líquida al final, y mezclar a baja velocidad.



  • 35 gr. de arroz (NO vaporizado)
  • 850 gr. de caldo de pollo o verduras (o agua + algún concentrado)
  • 500 gr. de guisantes (pueden ser congelados)
  • sal y pimienta (al gusto)


Pesamos el arroz y lo pulverizamos durante un minuto a velocidad 10.

Añadimos el caldo (o el agua más una cucharada de concentrado, en este caso de pollo) y programamos 8 minutos, temperatura varoma, velocidad 5.

Añadimos los guisantes y programamos 5 minutos, 90º, velocidad 3.
*Si usamos guisantes congelados, los podemos echar tal cual, pero aumentaríamos un par de minutos, es decir, 7 minutos, 90º, velocidad 3.
Si el indicador de temperatura no llegase a alcanzar los 90º, no os preocupéis. La crema estará a una temperatura ideal para consumir en caliente, y los guisantes ya habrán tenido la cocción necesaria.

Al terminar este tiempo, y para conseguir una crema muy fina, trituraremos durante un par de minutos llevando el mando desde la velocidad 5 hasta la 10, progresivamente.

Servimos en frío o caliente, decorando a nuestro gusto, en este caso con un chorrito de nata líquida.



Mantecadas con caramelo y chocolate



Esta receta puede parecer complicada al ver tanto texto, pero en realidad es muy fácil. La masa de mantequilla es de amasado corto y fácil de manipular, se trata de mezclar simplemente los ingredientes; las cremas sólo hay que fundirlas para conseguir una mezcla homogénea, y volcar.
Y los ingredientes son muy comunes. 

No hay excusa para no preparar estos deliciosos bocaditos un día especial. Y digo un día especial porque ya veis qué ingredientes utilizamos, muy calóricos.
No os cortéis en usar un poco de coco, aunque no os guste. Su sabor no predomina sobre el resto, y le da un puntito especial a la galleta.

Podemos conservar nuestras mantecadas en una lata hermética, siendo aconsejable envolverla primero en papel vegetal, ya que así se mantendrán frescas más tiempo, hasta 4 semanas. (Si durasen...)
NOTA: Recuerdan a unas famosas chocolatinas ¿sabrías decir cuáles?



Para el mantecado o shortbread:

  • 120 gr. de harina de trigo
  • 100 gr. de azúcar moreno
  • 50 gr. de coco rallado
  • 125 gr. de mantequilla


Para el relleno de caramelo:

  • 60 gr. de mantequilla
  • 2 cucharadas de caramelo líquido, melaza o sirope de arce (opcional)
  • 400 gr. de leche condensada


Para la cobertura de chocolate:

  • 125 gr. de chocolate para postres
  • 60 gr. de mantequilla



Para el mantecado o shortbread:
Mezclamos la harina tamizada, el azúcar y el coco en un bol.
Añadimos la mantequilla fundida (1 minuto de micro al 50% de potencia) y mezclamos bien.

Pasamos esta masa, que queda como arenosa, a una fuente engrasada, cuadrada o rectangular. Con la ayuda de una espátula o una cuchara alisamos la masa cubriendo la base del molde.
En este caso usé una fuente de Pyrex® de 28x18 cm. porque no disponía de un molde de silicona o de lata. También se puede usar, las mantecadas de cuecen perfectamente, pero costará separar los bordes un poco más, aunque con cuidado y maña, sin problemas.

Horneamos a 180ºC durante 25 minutos.


Para el relleno de caramelo:
Derretimos la mantequilla en un cazo, a fuego lento. Agregamos el jarabe y la leche condensada y mezclamos con unas varillas hasta conseguir una mezcla homogénea. No debe cocer.

Vertemos esta mezcla sobre la base cocida de mantecado y horneamos todo unos 15 ó 20 minutos.
Veremos que se hacen burbujitas, pero no os preocupéis porque al sacarlo del horno y enfriar, bajarán.

Retiramos del horno y dejamos enfriar.


Para la cobertura de chocolate:
Derretimos en un cazo (podemos usar el mismo que para la crema de caramelo, y no hará falta lavarlo) la mantequilla y el chocolate a fuego muy lento; y cuando vaya cogiendo temperatura movemos con las varillas para que se fundan sin llegar a quemarse.

Esparcimos la crema de chocolate sobre el relleno de caramelo.


Cómo cortar las porciones:
Cuando vaya enfriando, marcamos el chocolate con un cuchillo las divisiones que vayamos a hacer. En cuadraditos o rectángulos. Yo he hecho cuadraditos y me han salido 24, pero en bastones también queda muy bien, y podríamos hacer hasta 48 galletitas, pero el trabajo final de corte es lo más complicado, y cuantos más cortes hagamos, más trabajo.


Cuando esté completamente frío todo, lo refrigeramos hasta que esté bien firme.

Para hacer las porciones el relleno y la cobertura tienen que estar bien tiesas.
Con un buen cuchillo seguimos las marcas hechas al chocolate y cortamos hasta tocar el molde.
El mantecado estará muy crujiente y habrá que hacer presión, pero con cortes limpios, para que los bordes queden bonitos y el chocolate no se desencaje, la galleta no quiebre...
Es el paso más delicado para una buena presentación.

Una vez que tengamos nuestros cuadraditos o rectángulos, podemos conservar nuestras mantecadas en una lata hermética.
¡Cuidado! Son adictivas...





Fideos al nero di seppia con calamares



Los calamares se hacen en muy poco tiempo, sobre todo si son frescos y tiernos. Si se cocinan demasiado, merman mucho y se vuelven duros.
Si queremos guisar los calamares en la olla exprés, antes de añadir los fideos, serán suficiente 2 minutos con las dos rayitas de la válvula de presión fuera.
Por el método tradicional, siempre a fuego bajo y con tapadera, nos llevará 10 ó 15 minutos. El tiempo dependerá de la calidad del calamar, el tamaño...

Podemos dejar el guisote preparado con antelación y en el último momento añadir y cocer los fideos, ya que se hacen en poquísimo tiempo.
O si hacemos mucha cantidad, podemos congelar en fiambreras y un día los tomamos con fideos, otro con patatas, o con arroz.



  • 200 gr. de fideos para fideuà (en este caso al nero di seppia de La Ricotta, Il Pastificio Fralleone)
  • 1 kg. de calamares
  • 4 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cebolla hermosa
  • 3 ó 4 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde (tipo italiano)
  • 100 gr. de tomate triturado (o un par de tomates troceados)
  • ½ vasito de vino blanco
  • sal y pimienta
  • perejil picado
  • 1 pimienta de cayena o guindilla (opcional)
  • agua, caldo de pescado o verduras, o agua con concentrado de verduras o de pescado (cantidad necesaria hasta cubrir la pasta)



Cortamos los calamares en trozos.

En una olla baja o paella calentamos el aceite y sofreímos la cebolla troceada, a continuación añadimos los pimientos picados y por último el tomate.

Dejamos que la verdurita se dore un par de minutos y añadimos los calamares.
Salpimentamos.

En un mortero machacamos los ajos con un poco de perejil y unas arenas gruesas de sal (para facilitar el majado).
Cuando esté todo hecho una pasta añadimos el vino al mortero y removemos para mezclar.

Agregamos el majado con el vino a la olla y dejamos que los calamares cuezan, siempre tapados hasta que estén blandos. Lo mejor es ir comprobando el punto a partir de los 10 minutos.
Si nos gusta el picante, añadimos la guindillita.


Ahora sólo tenemos que añadir los fideos negros, removemos un poquito, y vertemos el caldo o agua hasta que la pasta quede cubierta por completo.
Rectificamos el punto de sal y dejamos cocer 4 minutos a fuego medio y sin moverlo mucho.

Espolvoreamos con perejil picado y listo para disfrutar.


Tortellini al huevo caseros rellenos de crema de jamón con salsa de champiñones y boletus




Ésta es una receta para un día especial, ya que hacer la pasta en casa requiere un poco de trabajo y tiempo.

No hace falta decir que la pasta rellena casera es una delicia, y el trabajo que nos da en la cocina se ve recompensado en el plato.
Las cantidades que os pongo son para 4 raciones aproximadamente. Podéis doblarlas o hacer la mitad sin problema.

Para estos "tortellini" he elegido un relleno sabroso y muy fácil: la crema de jamón ibérico de Cecinas Pablo, disponible en la tienda on-line de Astorgourmet.

Así el trabajo se reduce considerablemente, pero podéis elegir el relleno que más os guste, teniendo en cuenta que debe estar cocinado, ser poco húmedo y bastante compacto.




Pasos a seguir para hacer la pasta fresca al huevo:

La harina utilizada para hacer pan o la sémola extrafina son ideales para confeccionar las pastas caseras, aunque podemos utilizar cualquier tipo de harina de trigo. 
Las proporciones exactas de harina en relación a los huevos dependen del tipo de harina y del tamaño de los huevos empleados, pero 100 gr. de harina por 1 huevo son una buena proporción. 

Si preparamos menos cantidad de pasta, mezclamos los ingredientes en un cuenco.


Para 400 gr. de pasta (sin rellenar):

  • 300 gr. de harina
  • 3 ó 4 huevos (dependerá del tamaño)
  • 2 ó 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • sal fina


Amontonamos la harina sobre la superficie de trabajo (en forma de volcán). Formamos un hueco en el centro y vertimos sobre él los huevos (batidos ligeramente).
Añadimos una generosa pizca de sal y el aceite de oliva (que permitirá trabajar la pasta más fácilmente).
Con una mano, incorporamos gradualmente la harina situada alrededor de los huevos, removiendo con los dedos (hasta formar una papila en el hueco). Con la otra mano, sostenemos los bordes exteriores del montón de harina para que el líquido no se desparrame.
Seguimos incorporando harina a los huevos y al aceite hasta obtener una pasta consistente pero maleable.
Formamos una bola con la pasta y la ponemos sobre una superficie ligeramente enharinada.

Presionamos la pasta aplanándola con la palma de la mano, la doblamos por la mitad y volvemos a presionarla.
Si cortamos la pasta a mano, la amasamos (doblar y presionar, doblar y presionar...) de 5 a 10 minutos, hasta que esté sedosa y elástica; si utilizamos la máquina, la amasamos rápidamente con las manos para mezclar los ingredientes, ya que la máquina la amalgamará a fondo (aunque personalmente, creo que es un engorro utilizarla).

Cuando hayamos acabado de amasar, cubrimos la pasta con un paño y la dejamos reposar durante 1 hora, aproximadamente.

Ahora dividimos la pasta en porciones y las extendemos con el rodillo sobre una superficie liegeramente enharinada (vamos girando la pasta 90º y seguimos extendiendo).
Luego recortamos para darle la forma requerida (láminas para lasaña o canelones, tallarines, para hacer pasta rellena...).




Pasos a seguir para hacer los tortellini:

En este caso hemos optado por unos tortellini, y la verdad es que son una forma de pasta que queda muy lucida y no da tanto trabajo como parece.


  1. Extendemos la masa finamente con el rodillo o con la máquina especial para ello y la disponemos en la encimera de la cocina.
  2. Cortamos círculos con un cortapastas (de 7'5 cm. de diámetro aproximadamente).
  3. Colocamos en el centro de cada círculo media cucharadita del relleno elegido (en este caso crema de jamón ibérico)
  4. Con un pincel o con los dedos, humedecemos el borde del círculo con agua.
  5. Doblamos el círculo por la mitad formando media luna. Para sellar la pasta, presionamos los bordes humedecidos entre el pulgar y el índice. (Ya podríamos cocer así la pasta, pero nosotros vamos a preparar unos coquetos tortellini).
  6. Cogemos la media luna con ambas manos y la curvamos delicadamente en forma de anillo hasta que los extremos se toquen. Al mismo tiempo, levantamos el borde "soldado" de la pasta hacia arriba.
  7. Para fijar la forma presionamos con fuerza sobre los dos extremos de manera que conserve la forma enroscada.
  8. Vamos colocando los tortellini ya acabados sobre una superficie enharinada, procurando que no se toquen entre sí, para que no se peguen.


Antes de cocerlos debemos dejarlos secar un poco. Podemos espolvorearlos con un poco más de harina para acelerar el "secado", que antes de meter en el agua hirviendo sacudiremos con delicadeza para retirar la sobrante.

Para cocer la pasta fresca rellena:
Llevamos a ebullición abundante agua con sal. Introducimos los tortellini y dejamos que cuezan durante 5 ó 6 minutos (dependerá un poco de lo fino que hayamos estirado la pasta).
En un primer momento se irán al fondo de la olla, y poco a poco empezarán a subir a la superficie.
Tras estos minutos de cocción en los que la pasta se cocinará y el relleno cogerá temperatura, los retiramos del agua hirviendo con una espumadera y los colocamos en la fuente donde vayamos a servir.
(También podemos incorporarlos a la salsa ya hecha y en el fuego durante un minuto o dos, para que se impregne bien de ella.)




Salsa de nata con champiñones y boletus:

Ya sólo queda preparar la salsa que va a acompañar nuestra pasta rellena.

En este caso hemos elegido una salsa contundente elaborada con nata. (Hay que decir que una pasta así de rica y delicada estaría bien incluso sólo con aceite de oliva).


  • 150 gr. de champiñones frescos
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 15 gr. de boletus secos 
  • 300 gr. de nata líquida
  • 1 cucharadita de cebolla o chalota deshidratada
  • sal y pimienta


Ponemos los boletus secos en un cuenquito con agua para que se hidraten un poco.

Laminamos los champiñones y los doramos en un cacito con el aceite de oliva.

Añadimos los boletus escurridos, la nata, la chalota deshidratada y ponemos a punto de sal y pimienta.

Cocinamos la salsa durante 6 ó 8 minutos para que ligue todo bien y reduzca un poco.

Podemos añadir el agua de los boletus para darle más sabor a la crema. Deberemos mantener entonces el cacito en el fuego por más tiempo para que evapore el liquido.
Cuando veamos que la salsa está cremosita, la añadimos a nuestra pasta fresca rellena ya cocida.

(También podemos incorporarlos a la salsa ya hecha y en el fuego durante un minuto o dos, para que se impregne bien de ella.)








Bizcocho salado con chorizo y champiñones



Esta receta fácil y rapidísima de plum-cake salado es ideal para preparar como aperitivo, merienda, si nos gusta comer salado en el desayuno, o para acompañar en un picoteo informal.

Yo os recomiendo utilizar un molde bajo, para no correr el riesgo de que quede crudo en el interior y tengamos más superficie dorada, ya que la costra que se forma en la superficie es deliciosa.
Con estas cantidades si queremos otra presentación podemos hacer hasta 24 magdalenas, que una vez horneadas y frías, congelan muy bien, así que podemos conservarlas para comer en otro momento (si sobran, porque están buenísimas ¡y vuelan!).
Una vez horneado y frío podemos cortar rebanadas y éstas tostarlas en una plancha, riquísimo.

Para esta receta he utilizado "Cazurros", un chorizo fresco de Cecinas Pablo, ideal para cocinar. Su carne está picada finamente, por lo que no te encuentras ningún trozo de grasa excesivamente grande. La presentación del producto al vacío (con bastante tiempo de caducidad) hace que tener un paquetito en la nevera sea indispensable. Para unos huevos fritos, un revuelto, un potaje, para cocer en vino o sidra... ¡Nos sacará de muchos apuros!


  • 2 chorizos
  • 100 gr. de champiñones limpios y laminados
  • 1 puñado de aceitunas negras (opcional)
  • 250 gr. de leche entera
  • 2 huevos
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de orégano
  • 280 gr. de harina de trigo
  • 1 sobre de levadura en polvo Royal® (16 gr.)
  • 60 gr. de mantequilla (a temperatura ambiente)




Precalentamos el horno a 200ºC.

Para preparar los chorizos, lo primero es quitarles la piel y trocearlos. Conviene cocinarlo un poco, en una sartén y una vez que el chorizo haya soltado su grasita, añadimos los champiñones.
Sofreímos unos 5 minutos y reservamos.

Batimos con unas varillas la leche y los huevos.
Añadimos las sal, el orégano, la harina, la levadura y mezclamos todo con las varillas hasta que esté todo ligado.

Agregamos a la masa las aceitunas, el chorizo y los champis reservados. Mezclamos.

Incorporamos la mantequilla y revolvemos hasta que esté todo bien integrado.

Vertemos la masa en un molde rectangular engrasado. (Si es de silicona no será necesario).

Horneamos durante 40 minutos, (comprobamos que esté cocido el interior: pincharemos el centro con una aguja y tiene que salir seca), ¡y listo!

* Si preparamos magdalenas el tiempo se reducirá a 20 minutos, si lo hacemos en un molde redondo y plano 30 minutos serán suficientes. Será cuestión de controlar el horno y el recipiente.



"Chorizos" de pollo [Microondas]



Esta preparación se trata de un pastel de pollo sin nada de grasa, adobado como si fuese zorza o chorizo de cerdo.
Se puede consumir: en caliente (también dándole forma de albóndigas, sin necesidad de usar el film y cocinándolas menos tiempo); o en frío, una opción buenísima para tener preparada con antelación y consumir con pan, o acompañado verduras o ensalada.


Si no os preocupa la dieta, podéis añadir a la mezcla un poco de queso (tipo Philadelphia®, quesitos, parmesano rallado...), un poco de tocino, jamón serrano o cocido picados y un huevo batido.



Esta forma es la más ligera posible, y os animo a probarla porque es una forma estupenda de disfrazar las tristes pechugas de pollo cuando estamos a dieta. 
Además, en el micro se hacen en un periquete y en su propio jugo.



El pollo lo podemos picar con el accesorio picador de la batidora, con la thermomix, o a cuchillo (muy rápido y más limpio).


Cuanto más toscos sean los trozos, más apariencia de chorizo tendrá, así que no os preocupéis del color final del chorizo, el sabor será el mismo. 
Si no tenéis sal ahumada, prescindid de ella, se debe añadir poquita cantidad, y le da un saborcillo a humo que hace que se parezca más a un auténtico chorizo. Pero no es indispensable.




  • 500-600 gr. de pechuga de pollo
  • 1 cucharadita bien colmada de pimentón dulce
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 4 dientes hermosos de ajo (machacados o prensados)
  • media cucharadita de sal
  • una pizca de sal ahumada



Picamos la pechuga de pollo, en este caso a cuchillo.
Ponemos en un bol, añadimos los condimentos y mezclamos bien para conseguir una mezcla homogénea.
Podemos empezar a preparar ahora los rollitos, o dejar esta "zorza" reposando en la nevera (unas horas o de víspera) para que la carne se impregne bien del adobo.



Cogemos un trozo de papel film transparente de calidad y ponemos un poco de esta masa de carne. Le damos forma de salchicha ayudándonos un poco del film, y cerramos como si fuese un caramelo, apretando por los extremos. El film que sobre se dobla hacia abajo, y con un palillo pinchamos el paquetito un par de veces
Hacemos lo mismo con la carne restante. Para esta cantidad yo preparé 4 rollitos.

Colocamos en forma de aspas en un plato apto o directamente sobre la bandeja del micro, sabiendo que va a soltar un poco de jugo.


Programamos el microondas a máxima potencia durante 3 minutos. Cuando pare, cambiamos los rollitos de posición, colocando hacia el interior el extremo que estaba hacia fuera del plato.

Volvemos a programar al 100% de potencia 1 ó 2 minutos (dependiendo del grosor del chorizo). Sacamos los rollitos y dejamos que templen.

Retiramos el film, y si queremos servirlos en caliente, cortamos y emplatamos, y si los queremos tomar en frío no los cortaremos hasta que enfríen completamente, así compactarán mejor, como un auténtico chorizo curado.


Rodaballo al horno



Esta receta simple (y deliciosa a la vez) la podemos hacer con cualquier pescado entero: lubina, besugo, mero... Simplemente variará el tiempo en función del peso. (Los pescados más alargados y de piel más fina se cocinan antes).
Esta vez he hecho el rodaballo al horno entero, por lo que le he dado unos cortes en las partes más gruesas, lo justo para que penetre un poco mejor el adobo.

El pescado al horno nunca debe quedar seco, así que lo mejor es taparlo con papel de aluminio, prepararlo con salsa o rellenándolo de algo bien jugoso. En este caso concreto, dejamos la cabeza y la cola para que retenga más humedad y el pescado quede mejor.

Normalmente le pongo patatas en rodajas finas junto con la cebolla y el tomate (que cocino antes en el micro o en una sartén), pero he querido preparar el pescado de la forma más ligera posible por eso tampoco espolvoreé la superficie de pan rallado antes del aceite y de introducirlo al horno.
Si queréis, podéis añadirlos sin problemas siguiendo los mismos pasos.

Sabremos que el pescado está en su punto cuando la carne pegada a la espina se despega con facilidad. Es muy importante no pasarse en los tiempos, es mejor volver a meter el pescado en el horno si no está en su punto que tomar un pescado seco. 



  • 1 rodaballo de 800-1.000 gr.
  • 2 cebolletas hermosas
  • 3 tomates maduros
  • abundante cantidad de majado de sal, ajo y perejil
  • 75 ml. de vinagre
  • 100 ml. de agua (medio vasito)
  • un chorro de aceite de oliva virgen extra



Pedimos en la pescadería que nos preparen el pescado, pero que nos lo dejen entero. Si queremos prepararlo en lomos, tardaremos algo menos y pediremos tajadas "de ración". Para el tamaño de estos rodaballos prefiero hacerlos enteros, para no desperdiciar tanto y que además quede jugoso.
Yo, además, soy una forofa de limpiar espinas cuando como pescado.

Precalentamos el horno a 180ºC.

Cortamos en juliana las cebolletas y las ponemos en el fondo de una fuente apta para el horno "pintada" con un poco de aceite.
Cortamos en rodajas los tomates y los colocamos encima de la cebolleta, dejando el centro un poco libre, ya que si el pescado cubre parte de los ingredientes y otros no, no se cocinarán por igual.
Salamos.

Hacemos un majado en el mortero con sal gruesa, perejil y ajo (no escatiméis), y embadurnamos bien el pescado por los dos lados, intentando que penetre bien el condimento en las rajas que hemos hecho en las partes más gruesas, en la cabeza y en el vientre.
Lo colocamos en el hueco de la cama de cebolleta y tomate, y vertemos el agua y el vinagre por encima de todo.

Echamos un hilo generoso de aceite por encima.

Tapamos con papel de aluminio y horneamos durante 30 minutos (para un rodaballo de 1 kilo), tras los cuales podemos destapar la fuente, seguir horneando y comprobar el punto del pescado cada poquito, para no pasarnos.

Listo. Servimos en la misma fuente y servimos las porciones en la mesa.


El bichito antes de entrar en el horno.




Conejo al chilindrón [Olla Exprés y Tradicional]



Este guiso tradicional lo podemos preparar con pollo o cordero. Es tremendamente fácil, porque después de dorar la carne, se añaden las verduras y los condimentos y "se hace solo" lentamente.

Dependiendo de la cantidad de aceite que utilicemos, nos saldrá un plato más o menos calórico, pero por lo demás es una receta muy ligera (procurad usar un jamón muy magro). Y la carne de conejo, sanísima.
Esta vez usé algo de pimiento verde y cecina en lugar de jamón serrano, riquísimo. Ya veis que no hay que seguir todo al pie de la letra: imaginación e intuición.


Si queremos reducir el tiempo podemos usar la olla exprés o rápida, tendremos el guiso en sólo 10 minutos (contando a partir de que suban las dos anillas).


  • 1 conejo tierno troceado
  • 1 loncha gruesa de jamón serrrano (en tacos, tiritas...)
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla grande
  • 4 tomates hermosos
  • 2 pimientos morrones (de lata)
  • 2 zanahorias
  • un chorrito de coñac (o vino)
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • aceite de oliva
  • sal


En una cazuela (u en la olla exprés, si la usamos) vertemos un poco de aceite y rehogamos a fuego fuerte los trozos de conejo. Vamos dándoles la vuelta y cuando los tengamos bien doraditos añadimos el jamón, para que se cocine un poco.

Bajamos el fuego y añadimos la cebolla muy picada, las zanahorias peladas y cortadas en rodajas, el tomate (mejor pelado) cortado en trozos, los pimientos troceados, los dientes de ajo laminados, el pimentón, sal y un poco de coñac.

Tapamos y dejamos cocer lentamente durante una hora.
Debemos de usar una tapa que encaje bien para que no se marche el vapor, y las gotas acumuladas en la tapadera caigan sobre el guiso.
El fuego deberá estar a baja potencia, lo justo para que cocine pero no salga vapor fuera. Así tampoco se perderán los jugos ni se resecará.
En caso de quedar muy seco se le pueden añadir pequeñas cantidades de agua.
De vez en cuando menearemos la cazuela para que el guiso no se pegue.

Si lo hacemos en olla exprés, cuando hayamos añadido todos los ingredientes, cerramos bien y ponemos a fuego fuerte hasta que suban las dos anillas. Luego bajamos a fuego medio (se mantendrán las dos anillas visibles igualmente) y contamos 10 minutos.
En este tipo de cocción no se evaporan los líquidos, la carne quedará igualmente jugosa y las verduras bien cocidas. ¡Un ahorro de tiempo y de energía!





Masa básica de pizza (fermentación lenta)




Ésta es sin duda la mejor receta para masa de pizza que ha pasado por mi cocina. Las cantidades y trucos los he aprendido en un taller de pizza impartido por la italianísima Anna Mayer: horno al máximo (250ºC, si tenéis una piedra-pizza el resultado será espectacular), masa fermentada lentamente, una doble fermentación más corta (tras el "embolado") y unos ingredientes para cubrir que no "carguen" mucho la masa de pan.

Con un poco de práctica (el conocer vuestro horno, y el dar con el punto exacto de la masa) conseguiréis unas pizzas realmente deliciosas. Puede ser que con las primeras tengáis dudas o os cueste más trabajar la masa, pero paciencia y no os desaniméis. Merece mucho la pena hacerla en casa, por sabor y por el ahorro.
Como es muy difícil explicar el proceso por escrito, os animo a que las dudas que tengáis me las consultéis en el apartado de comentarios. Los veo todos, y en lo que yo os pueda ayudar, aquí estoy. ;)





  • 500 gr. de harina de fuerza
  • 5 gr. de levadura seca de panadero (liofilizada, la de sobre) o 15 gr. de levadura fresca (prensada, la de nevera)
  • 10 gr. de sal
  • 320 gr. de agua
  • 50 gr. de aceite




8 ó 24 horas antes:
Es una masa que apenas hay que amasar (si la preparamos con 24 horas de antelación), simplemente mezclamos los ingredientes (con una cuchara o los dedos) y dejamos que la fermentación empiece a obrar.
Se trata de una fermentación muy lenta, por lo que el primer paso (mezclar los ingredientes) tendremos que realizarlo de 8 a 24 horas antes de cuando tengamos pensado preparar la pizza. Es lo único a tener en cuenta, ya que al tener los ingredientes unidos, sólo tendremos que meter el bol cubierto con papel film en la nevera, y esperar hasta el día siguiente.

Tras las 24 horas de fermentación lenta en la nevera veremos que los ingredientes que podían parecer mal mezclados, se han amalgamado, y la masa tiene unos agujeros de aire: la levadura ha hecho bien su trabajo.
Se ha nutrido y ha respirado, la masa ha leudado y ahora hay que trabajarla un poco.

Si la hemos dejado reposar menos de 18 horas (recordad que pueden ser 8 horas como mínimo) habrá que amasarla y "maltratarla" un poco más. La masa estará bastante pegajosa, así que la volcaremos en la encimera (sin harina) y la golpearemos contra ella, la doblamos sobre sí misma y repetimos este paso 5 ó 10 veces. Dejamos reposar un minuto y volvemos a repetir la operación.
La masa se irá volviendo más elástica y menos pegajosa.
Es un trabajo innecesario si tenemos la precaución de preparar los ingredientes 24 horas antes, así que os recomiendo que seáis pacientes con el fermentado, y os libraréis del amasado, que es un engorro.




20 ó 30 minutos antes de hornear la pizza:
Sacamos de la nevera y ponemos la masa en la encimera espolvoreada con un poco de harina y la amasamos para que pierda el aire. En este momento conviene separar esta masa de medio kilo en las porciones que queramos, según lo grande que queramos hacer nuestras pizzas. Para hornos caseros convencionales, dividirla en dos sería lo ideal.



Vamos encendiendo el horno, al máximo (250ºC) y con las bandejas que vayamos a utilizar dentro. Deberán calentarse también, para cuando posemos la pizza la parte inferior se cocine sin problema.
Si tenemos la piedra de hornear, sacaremos las bandejas, ya que posaremos el papel con la pizza directamente sobre ella.

Se trata de un ladrillazo que reparte el calor de forma uniforme desde abajo, solventando el problema de los hornos domésticos que no traen la función de "sólo calor abajo". Simula los hornos tradicionales de piedra. Además absorbe la humedad de las masas, obteniendo así cortezas más ligeras y crujientes. Indispensable para hornear mis pizzas y empanadas. :)




El siguiente paso es el "embolado". Se trata de formar una bola, llevando los extremos de masa hacia el centro, pero sin manejarla demasiado. Damos la vuelta y quedará una bola con la superficie lisa.



Ahora dejamos que fermente por segunda vez, hasta que la bola doble su volumen.
Si la dejamos fuera de la nevera, será suficiente el tiempo que tardemos en preparar y cortar los ingredientes. La cocina además estará calentita por el horno, que lo tendremos caliente, al máximo.


Mientras las bolas descansan, vamos preparando los ingredientes que vayan encima.

Ya sólo queda dar forma a la masa:
Con la encimera enharinada, vamos formando la pizza, aplastando y ensanchando el círculo desde el centro hasta fuera, dejando que los bordes queden algo más gruesos para que se forme la cornisa.
(Podemos usar un rodillo, mucho más fácil y cómodo, pero la masa quedará algo más plana y crecerá menos.)


Pasamos la base de pizza a una hoja de papel para hornear. Podemos doblarla en cuatro (como un pañuelo), enrollarla en el rodillo, o con los puños como "soporte" (sólo si tienes práctica) y hacer el traslado con facilidad.

Podemos la salsa de tomate en el centro de la masa y distribuímos de una forma uniforme, sin abusar de la cantidad y teniendo cuidado de dejar libre el borde.
Ponemos un puñado de mozzarella picada y añadimos los ingredientes que hayamos elegido. Si fuese necesario, añadimos un poco de sal (depende de si los ingredientes contienen sal o no).

Pizza con mozzarella y salchichón cular de Cecinas Pablo

Pasamos la pizza sobre el papel a la bandeja calentada e introducimos en el horno durante unos 10 minutos aproximadamente. El queso deberá haberse fundido y el pan debe estar ligeramente dorado. (Con piedra-pizza, y según el grosor que le hayamos dado a la masa, será menos tiempo).





En Italia el consumo de diferentes tipos de salchichones está muy extendido, es algo tan común como en España, quizás no tanto en caliente. 

Cuando pensaba en qué podría usar como ingrediente para esta pizza con una masa tan fantástica sabía que tenía que ser algo especial lo que acompañase a una bola de mozzarella fresca.

Y en cuanto vi la barqueta de salchichón cular de Cecinas Pablo lo tuve claro. Es uno de mis embutidos favoritos, con el toque ahumado y de pimienta que me encanta. Y consumirlo en caliente fue un placer y todo un descubrimiento. El sabor de su carne bien adobada (casi tostada) y de los trozos hermosos de tocino que se fundieron sobre el queso resultó más que satisfactorio. Os animo a probarlo, podéis encontrarlo en Astorgourmet.es



Salmón al aroma de mostaza [Thermomix]



Ésta es una receta con muchas ventajas: podemos variar al guarnición y el pescado según nuestros gustos; apenas usamos aceite (incluso podemos prescindir de él), por lo que es una receta bajísima en calorías; podemos usar la cantidad de pescado y verduras que queramos, el límite es la capacidad del Varoma y su bandeja (y manteniendo los tiempos); si no nos gusta la mostaza (aunque en esta receta el sabor es muy suave), podemos usar las hierbas y especias que queramos para aromatizar el caldo; el salmón así al vapor no huele nada; y por último, la cocina al vapor (además de sana) hace que el pescado quede más jugoso y las verduras con mejor color y más propiedades que cocinando de otra forma.
El caldo sobrante se puede utilizar para otras recetas: salsas, sopas, cremas, guisos... Así que os recomiendo congelarlo en un pequeño tupper y guardarlo para futuras preparaciones. 


  • salmón en rodajas o lomitos (hasta 800 gr.)
  • 500 gr. de patatas, de patatas + verdura (en este caso brécol), o de menestra
  • 400 gr. de agua
  • sal
  • 40 gr. de vino blanco
  • 80 gr. de mostaza de Dijon
  • 1 tomate hermoso
  • perejil picado (para decorar)
  • aceite de oliva virgen extra



Pelamos las patatas y las partimos en trozos pequeños (dados o rodajas finas).
Lavamos el brécol y lo partimos en ramilletes pequeñitos (los troncos podemos usarlos para una crema o sopa de verduras).
Colocamos todo esto en el recipiente Varoma y vertemos un hilo de aceite de oliva. Meneamos para que queden bien impregnadas.

Colocamos el pescado, con unas arenitas de sal, en la bandeja del recipiente Varoma.


Ponemos en el vaso el agua, el vino y la mostaza.
Colocamos el Varoma con la bandeja y la tapa en su posición.
Programamos 20 minutos, temperatura varoma, velocidad 2.

Al terminar el tiempo colocamos el pescado, las patatas y el brécol en el plato o fuente de servir. Vertemos por encima un poco del caldito que haya quedado en el vaso.

Decoramos con el tomate en rodajas, salamos, espolvoreamos con el perejil picado con unas tijeras y regamos con un poco de aceite en crudo.
*Otra manera de aliñar el plato es usando el aceite previamente mezclado en un cuenquito con el perejil picado. Delicioso tanto para el pescado como para las patatas y el tomate.

Servimos inmediatamente.




Pan naan de queso y cebolla [Thermomix]




Esta receta de pan relleno con queso, ajo y cebolla es muy fácil de hacer, y tiene una textura exquisita: ligeramente crujiente por fuera, suave y esponjoso por dentro.

Éste es un pan tradicional de la India que se prepara en finas tortas que se suelen cocer en las paredes de los hornos “tandoor” de barro refractario.

A veces se incorporan a la masa ingredientes como pasas, coco, ajo, especias e hierbas frescas. Son un poco dulces e ideales para acompañar los curries y otros guisos picantes de la cocina hindú, o simplemente tomados con un poco de mantequilla o alguna salsa.
También se consume relleno de carne picada o de nueces y pasas entre otras posibilidades.

Se consume principalmente en el centro y el sur de Asia (India, Afganistán, Irán, Bangladesh…)






Ingredientes para 3 panes.

Para la masa: 

  • 30 gr. de ghee (o mantequilla)
  • 40 gr. yogur natural
  • 160 gr. agua
  • 300 gr. harina de fuerza (o media fuerza)
  • 5 gr. de levadura seca de panadero (o 15 gr. de fresca)
  • una cucharadita de sal
  • una cucharadita de azúcar


Para el relleno: 

  • 100 gr. cebolla pelada
  • 3 dientes de ajo 
  • 20 gr. cilantro fresco
  • 100 gr. queso (el que prefiramos, del que dependerá el sabor final)
  • mantequilla derretida (para untar la masa) 



Introducimos en el vaso la mantequilla, dejando que se derrita 4 minutos a 37º, velocidad cuchara.

Añadimos al vaso el yogur, el agua, la harina, la levadura, la sal y el azúcar, en este orden, pesándolos en cada paso.
Mezclamos 10 segundos a velocidad 4 y luego amasamos 5 minutos con velocidad espiga.
Tapamos el Thermomix con un par de trapos de cocina y dejamos fermentar la masa 45-50 minutos, igual que cualquier masa de pan.
Debe duplicar el volumen. El tiempo dependerá de la temperatura ambiente, si fuese necesario dejamos fermentar más tiempo.




Una vez fermentada, pasa la masa a la mesa enharinada y amasa brevemente, para eliminar el exceso de gas del interior de la masa, normalmente 2-3 minutos será suficiente.

Dividimos la masa en 6 porciones, estirando con rodillo hasta formar discos de un grosor de medio centímetro como máximo.



Trituramos en el vaso (no hará falta limpiarlo) la cebolla pelada con los ajos pelados, el cilantro y el queso, con 2-3 golpes de turbo.

Rellenamos la mitad de los panes con 2-3 cucharadas del relleno, extendiendo bien.
Cubrimos el relleno con otro disco de masa, sellando bien los bordes apretando la masa con los dedos.
Aplanamos un poco con el rodillo y pasamos por una plancha bien caliente un minuto por cada lado, y luego horneamos a 230º unos 7-8 minutos, o hasta que queden cocidos.
*Otra opción es hacerlos a la plancha únicamente, o sólo en el horno.



Sacamos del horno y pintamos con un poco más de mantequilla derretida, y servimos al momento.

Es mejor taparlos con un trapo o servilleta para que se mantengan tiernos y calentitos.
*Si queremos sólo uno para acompañar, podemos congelar los otros dos una vez cocidos. Cuando queramos usarlos los sacaremos del congelador, los calentamos con un golpe de horno y listo.


Cuscús al curry de pollo y manzana con salsa de yogur [Thermomix]



Este plato tan exótico lo podemos hacer con pollo o pavo; con lima o limón (con medio sería suficiente); con o sin manzanas, uvas, frutos secos... Ésta es mi propuesta que he hecho de la forma más ligera posible, pero podéis "inspiraros" para hacerlo con lo que más os guste. Y si el curry no es lo vuestro, pues hacéis el caldito con otras especias o hierbas, ¡lo que prefiráis! 




Ingredientes para 6 personas (o 4 abundantes como plato único):
  • la piel de 1 lima (sólo la parte verde)
  • 350 gr. de pechuga de pollo
  • sal (al gusto, para adobar el pollo)
  • pimienta (al gusto, para adobar el pollo)
  • 600 gr. de agua
  • 1 cucharada sopera de curry en polvo
  • 15 gr. de salsa de soja
  • el zumo de 1 lima
  • 300 gr. de cuscús
  • 2 manzanas cortadas en cubos


Salsa de yogur:
  • 200 gr. de yogur natural
  • 10 hojitas de menta (o hierbabuena)
  • 10 gr. de aceite de oliva virgen extra (opcional)
  • sal (al gusto)
  • pimienta (al gusto)



Ponemos en funcionamiento la Thermomix en velocidad 9, vacía, y echamos por el bocal la piel de la lima. En 10 segundos los tendremos picadito. Retiramos y reservamos.



Colocamos en el recipiente Varoma el pollo aderezado con sal, pimienta y la piel de la lima.



Vertemos en el vaso el agua, el curry, la salsa de soja y el zumo de la lima. Colocamos el Varoma en su posición y programamos 30 minutos, temperatura varoma, velocidad 1.
Al terminar el tiempo reservamos el caldo y el pollo cocido.

Colocamos un bol encima de la tapa cerrada de la Thermomix, ponemos a cero la báscula y pesamos los 300 gr. de cuscús. Añadimos 400 gr. del caldo reservado de cocer el pollo y dejamos reposar 5 minutos. (si no fuese suficiente el caldo, añadiríamos agua caliente hasta completar).

Ponemos el pollo cocido en el vaso y deshacemos en hilos programando 5 segundos, giro a la izquierda, velocidad 4. (Si queremos el pollo más picado, sin "hilos", no programaremos el giro a la izquierda).

Añadimos al cuscús el pollo y la manzana en cubitos, mezclando con la ayuda de un tenedor.

Sin lavar el vaso ponemos todos los ingredientes de la salsa de yogur y programamos 30 segundos en velocidad 5.

Rebañamos bien el vaso y servimos esta salsa en un cuenquito, como acompañamiento al cuscús de de pollo.



Salmón con costra de sésamo



Esta idea de rebozar el pescado la he sacado del libro "La cocina de la familia de Ferrán Adriá". Él reboza unas sardinas así, y es que esta costra crujiente le queda de maravilla a cualquier pescado graso.

Utilizamos sésamo crudo porque ya lo cocinamos en la sartén. Con sésamo ya tostado resultaría un poco amargo.

En la foto se ve únicamente rebozado la parte interior del lomo, lo he hecho intencionadamente para distinguir que es salmón, pero suelo cubrir todos las caras. El pescado jugoso, con el crujiente, queda de-li-cio-so. 
Podemos preparar así: sardinas, salmón, jurel, caballa... (limpios, en filetes, a excepción de las sardinas, que podrán ser enteras, sin tripa)

He decidido acompañar el salmón con unos champiñones con vinagreta de eneldo, hierba que casa con este pescado estupendamente.
Un plato completo, sano y ligero.


  • 400 gr. de salmón fresco en un lomo
  • 3 cucharadas de sésamo crudo
  • el zumo de medio limón
  • 4 ó 5 champiñones
  • sal, aceite, vinagre (para la vinagreta, ver cómo hacerla)
  • mostaza de Dijon
  • media cucharada de eneldo fresco


Cortamos el pescado en lomitos, salamos y rebozamos en el sésamo.

Laminamos los champiñones.
Hacemos una vinagreta con el aceite, el vinagre, la mostaza y el eneldo. Batimos con un tenedor en un cuenquito todo, emulsionando.
Aliñamos los champiñones con la vinagreta y reservamos unos minutos mientras cocinamos el salmón.

Pasamos en una sartén con un poco de aceite el pescado rebozado en el sésamo. Debe quedar dorado y jugoso.

Servimos en el plato acompañando con los champis, y aliñando el pescado con un poco de zumo de limón.


Espaguetis al pesto con salmón fresco (Spaghetti al pesto con salmone)



Ésta sería la clásica receta del pesto genovés si no fuese por el "añadido" del salmón.
Esta típica salsa italiana es una de mis favoritas y además de con pasta, suelo tomarla con diferentes pescados al vapor, así que he decidido combinar ambos ingredientes y preparar un plato completísimo.



Un grupito de bloggers gallegos (véase la lista al final de la entrada) que hemos asistido a los talleres de Anna Mayer (Panepanna) de cocina italiana (pasta, risotto, pizza...) publicamos hoy en nuestras "bitácoras" una de las recetas que preparamos en el Curso Pasta 101, y le estamos dando vidilla en Twitter al tema bajo el hashtag #panepasta. En mi caso he decidido presentar al "concurso" un par de versiones de mis salsas para pasta preferidas: "Spaguetti alla carbonara di salsiccia" y "Spaghetti al pesto" (in questo caso, con salmone).
Sólo pido que la profe, italiana hasta la médula, no me retire el saludo por sacrílega. :D



Ingredientes para 4 personas:


  • 320-400 gr. de spaghetti
  • 300-400 gr. de salmón fresco, en lomos
  • 25-30 gr. de piñones
  • 2 dientes gordos de ajo
  • 125 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • las hojas de un ramillete hermoso de albahaca (25 gr. aproximadamente)
  • 40 gr. de queso rallado (Parmigiano ReggianoGrana Padano o Pecorino)


Aunque no es imprescindible empezaremos tostando a fuego bajo en una sartén los piñones. Así conseguiremos que suelten su grasa, pierdan amargor y queden más aromáticos.

Si hacemos una sola ración podemos usar el mortero y hacer la salsa de la forma tradicional (la palabra "Pesto" viene del genovés "pestare", que significa machacar o moler en un mortero):
Ponemos un dientecito de ajo, unas arenillas de sal gruesa (para ayudar), y vamos machacando. Poco a poco añadimos los piñones y la albahaca, alternando ambos ingredientes. Si fuese necesario,  vertemos un hilillo de aceite para ayudar en la trituración.
Cuando tengamos una pasta (no hace falta que sea muy fina, mejor si queda un poco basta) incorporamos el queso y un poco de pimienta negra.
Mezclamos con la ayuda de un tenedor o el pilón, y vertemos el aceite de oliva en hilo, poco a poco, como hacemos con la mahonesa.
Reservamos el pesto en el plato donde se va a servir la pasta.

Si hacemos más cantidad usaremos el accesorio picador de la batidora o la Thermomix.
Trituramos primero el ajo, los piñones y las hojas de albahaca (y si fuese necesario, un par de cucharadas de aceite para ayudar en la trituración). Añadimos el queso rallado, pimienta negra y sal. Mezclamos en velocidad más baja, y vamos agregando poco a poco el aceite hasta incorporar todo y obtener una pasta más o menos homogénea.
Reservamos el pesto en la fuente donde se vaya a servir la pasta.

Mientras, cocinamos el salmón. A mí me gusta hacerlo al vapor porque así la cocina no huele y el sabor no es tan fuerte, ideal para acompañar el pesto.
Yo hago el pescado en el Varoma de la Thermomix, y en 10 minutos lo tengo listo y jugoso.
Si no tenemos vaporera, en un caldito corto también queda fantástico.
Retiramos la piel y posibles espinas del pescado, desmenuzamos con los dedos y reservamos para añadir al final.


Para cocer pasta seca debemos usar abundante agua salada (1 litro de agua por ración, y 10 gr. de sal por litro).
Cuando el agua hierva añadimos la pasta (en este caso unos spaghetti Barilla del nº 5).
No taparemos la olla, y removeremos de vez en cuando.
Es muy importante respetar los tiempos de cocción del paquete (en el caso de mis spaguetti, 8 minutos) para que la pasta quede "al dente".


Cuando la pasta este en su punto (ni un segundo más), la escurrimos y la volcamos en el plato o fuente donde vayamos a servir la pasta y hayamos reservado el pesto.
Mezclamos rápidamente para que los espaguetis se pringuen bien de la salsa. Si el pesto queda muy pastoso y queremos aligerarlo, añadimos un poco de agua de cocción de la pasta (que tendremos la precaución de apartar, por si acaso).
Añadimos el salmón cocinado y revolvemos un poco más para que todo se una.
Servimos inmediatamente en los platos y listo, a comer.

Recordad que los comensales tienen que esperar por la pasta, no al contrario. ;)





Jurado:
Anna Mayer
Jorge Guitián

Participantes:
Carmen Albo
Josiño Silvarredonda
Laura Eiriz
Manuel Babarro
María Tesouro
Marta Valcarce
Mercedes Blanco
Pepe Oliveira
Rubén Amorín
Xosé Manoel Ramos

Premio: (que buena falta nos hará después de tanto hidrato...)
Adegaza con hambre y con humor. Carmen Albo.

Spaghetti alla carbonara di salsiccia (Espaguetis a la carbonara con longaniza)




En esta receta he cambiado la panceta o papada original por longaniza blanca fresca y desmenuzada. Resulta un plato delicioso muy similar al original, y, aunque también contiene bastante grasa, la longaniza aporta "tropezones" un poco más magros y sabores propios de las especias con las que es elaborada.

Un grupito de bloggers gallegos (véase la lista al final de la entrada) que hemos asistido a los talleres de Anna Mayer (Panepanna) de cocina italiana (pasta, risotto, pizza...) publicamos hoy en nuestras "bitácoras" una de las recetas que preparamos en el Curso Pasta 101, y le estamos dando vidilla en Twitter al tema bajo el hashtag #panepasta. En mi caso he decidido presentar al "concurso" un par de versiones de mis salsas para pasta preferidas: "Spaguetti alla carbonara" (in questo caso, di salsiccia) y "Spaghetti al pesto con salmón". 
Sólo pido que la profe, italiana hasta la médula, no me retire el saludo por sacrílega. :D




Ingredientes para 4 personas:
  • 320-400 gr. de spaghetti
  • 250-300 gr. de longaniza blanca fresca (sin tripa, desmenuzada)
  • 3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra 
  • 2 huevos + 1 yema
  • 80 gr. de queso rallado fino (Parmigiano ReggianoGrana Padano o Pecorino)
  • pimienta negra recién molida (para espolvorear)


Ponemos en una sartén amplia el aceite y sofreímos la longaniza desmenuzada. Podemos ayudarnos de una pala de madera para deshacer completamente la salchicha mientras se cocina.
Cuando la carne haya soltado los jugos, y se hayan evaporado, retiramos del fuego y reservamos.

En un bol grande batimos ligeramente los huevos y la yema, añadimos el parmesano y mezclamos bien para que ligue. Reservamos.


Para cocer pasta seca debemos usar abundante agua salada (1 litro de agua por ración, y 10 gr. de sal por litro).
Cuando el agua hierva añadimos la pasta (en este caso unos spaghetti Barilla del nº 5).
No taparemos la olla, y removeremos de vez en cuando.
Es muy importante respetar los tiempos de cocción del paquete (en el caso de mis spaguetti, 8 minutos) para que la pasta quede "al dente".


Cuando la pasta este en su punto (ni un segundo más), la escurrimos y la volcamos en la sartén donde hemos cocinado la longaniza.
Meneamos para que los espaguetis se embadurnen bien del aceite y seguidamente incorporamos la pasta con la longaniza al bol con la mezcla de huevos y queso rallado.
Mezclamos rápidamente para que todo se una.
Servimos inmediatamente en los platos y espolvoreamos con pimienta negra de molinillo en cantidad.
Listo, a comer.

Recordad que los comensales tienen que esperar por la pasta, no al contrario. ;)





Jurado:
Anna Mayer
Jorge Guitián

Participantes:
Carmen Albo
Josiño Silvarredonda
Laura Eiriz
Manuel Babarro
María Tesouro
Marta Valcarce
Mercedes Blanco
Pepe Oliveira
Rubén Amorín
Xosé Manoel Ramos

Premio: (que buena falta nos hará después de tanto hidrato...)
Adegaza con hambre y con humor. Carmen Albo.


Tortitas de pimiento y aceitunas negras con queso fresco



Estas deliciosas tortitas se presentan en plano, con el ingrediente como cobertura que queramos, aunque solas están buenísimas. He decidido presentarlas con un queso fresco de sabor suave, para resaltar el sabor propio de la tortita.
La textura es como las de las tortitas dulces, y para comerlas lo mejor es cogerlas como si se tratasen de tacos mexicanos, o si las hacemos más finas y grandes, como crêpes.
Cuidado, porque no podréis sólo una. :)


Con esta tapa participo en un concurso organizado por Vigourmet (que se celebrará en el Auditorio Mar de Vigo los días el 8, 9 y 10 de Marzo). Habrá talleres, catas, sesiones técnicas y ponencias de algunos de los mejores cocineros gallegos... En fin, unas jornadas que no voy a perderme! :)Si os gusta, y me queréis, votadme! :Dhttps://apps.facebook.com/vigourmet/



  • 2 pimientos rojos asados (ver cómo asarlos en el microondas)
  • 125 ml. de leche
  • 60 gr. de harina de fuerza
  • media cucharadita de sal
  • cuarto cucharadita de pimienta negra
  • 3 huevos
  • 2 cucharadas de aceitunas negras picadas
  • 1 cucharada de albahaca fresca picada fina
  • aceite de oliva (para engrasar la plancha)
  • queso fresco 
  • aceitunas negras en aros (para adornar)
  • hierbas frescas (en este caso, brotes de rúcula)


Mezclamos el pimiento asado y la leche con una batidora eléctrica hasta deshacer totalmente el pimiento.

En un cuenco ponemos la harina tamizada con la sal y la pimienta, hacemos un hueco y añadimos los huevos ligeramente batidos y la mezcla de leche y pimiento. Removemos todo hasta obtener una masa homogénea.
Añadimos las aceitunas y la albahaca picadas finamente. Mezclamos y dejamos reposar 20 minutos en el frigorífico cubriendo el bol con film transparente.
*Con Thermomix podemos hacer todo en un solo paso, mezclando todos los ingredientes en velocidad 6 durante 6-8 segundos.

En una sartén o plancha untada con aceite, freímos 1 ó 2 cucharadas de masa a fuego medio-alto.
Damos la vuelta para que se dore por ambos lados.
Repetimos la operación hasta acabar la masa.

Servimos las tortitas con un queso fresco y suave, desmenuzado. Vertemos un hilillo de aceite sobre él, y espolvoreamos con hierbas frescas de nuestra elección.