La zanahoria se ha usado en pasteles dulces desde la Edad Media, época en la que los endulzantes eran escasos y caros, mientras la zanahoria, que contiene más azúcar que cualquier otra verdura (a excepción de la remolacha azucarera), era mucho más fácil de encontrar, por lo que se usaba para elaborar postres dulces.
La popularidad del pastel de zanahoria resurgió probablemente en el Reino Unido gracias al racionamiento durante la Segunda Guerra Mundial.
Los pasteles de zanahoria estuvieron ampliamente disponibles en restaurantes y cafeterías estadounidenses a principios de los años 1960. Al principio eran un artículo novedoso, pero a muchas personas les gustó tanto que pasó a ser un postre corriente.
Fuente: Wikipedia
Ésta es una rereceta original y diferente de la gran Martha Stewart, adaptada por mí para Thermomix.
Se puede prencindir de las especias y utilizar cualquier tipo de fruto seco. También como un simple bizcocho, sin el glaseado, está muy rico...
BIZCOCHO:
- 1 clavo de olor
- 80 gr. de piñones (o almendras, avellanas, etc.)
- 220 gr. de zanahoria
- 2 huevos a temperatura ambiente
- 1 yogur natural
- 1 cucharadita de vainillina (o azúcar vainillado o esencia)
- 200 gr. de azúcar
- 120 gr. de aceite de girasol
- 220 gr. de harina
- ½ cucharadita rasa de levadura química (Royal)
- ½ cucharadita rasa de bicarbonato
- ½ cucharadita rasa de sal
- ½ cucharadita rasa de canela
- 1 pizca de nuez moscada rallada
- ½ cucharadita de jengibre rallado
- nueces peladas para poner entre las capas de bizcocho (opcional)
GLASEADO:
- 400 gr. de queso crema
- 320 gr. de azúcar glas
- la piel de ½ naranja
- 1 pizca de sal
- 80 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
BIZCOCHO:
Precalentamos el horno a 160º. Engrasamos y enharinamos un molde.
Pulverizamos los frutos secos en la thermomix junto el clavo de olor hasta hacerlos harina. Retiramos y reservamos en un bol grande.
Rallamos las zanahorias en la thermomix en velocidad 5 hasta que esté bien deshechas, parando y bajando los restos que haya por las paredes del vaso.
Añadimos los huevos, el yogur, la vainilla, el azúcar y el aceite.
Batimos en velocidad 3 y ½ hasta que esté todo bien mezclado.
En el bol donde hemos reservado las almendras o piñones (molidos con el clavo) mezclamos bien la harina, la sal, la levadura, el bicarbonato, la canela y la nuez moscada.
Añadimos esta mezcla de harina, especias, impulsores y los frutos secos al vaso y mezclamos unos segundos en velocidad 6 hasta que estén todos los ingredientes bien integrados.
Volcamos en un molde de silicona de 24 cm.
Horneamos durante 60 minutos aproximadamente. Y para comprobar que esté bien cocido, pinchamos con una aguja el centro, debe salir limpia.
Desmoldamos cuando esté tibio y dejamos enfriar sobre 1 rejilla.
GLASEADO:
Si no tenemos el azúcar glas, con el vaso muy seco pulverizamos el azúcar normal.
Programamos velocidad máxima y vamos incorporando por el bocal la piel de naranja. Si lo hiciésemos desde el principio, el azúcar se humedecería demasiado y no lo pulverizaríamos bien.
Sacamos y reservamos. (Este paso podemos hacerlo antes de preparar el bizcocho, para garantizar que el vaso esté muy seco).
Ponemos la mariposa en las cuchillas y batimos la mantequilla en velocidad 3 y ½ hasta que esté suave (unos 2 minutos).
Añadimos el queso crema y batimos otros 2 minutos a la misma velocidad.
Añadimos el resto de los ingredientes y batimos en velocidad 3 y ½ durante 5 minutos más.
Reservamos, conviene guardarla destapada si se va a usar en el momento para que endurezca un poco.
Cortamos el bizcocho en dos, por el medio, y rellenamos con parte del glaseado de queso y unas nueces trituradas, por ejemplo. Le quedan muy bien.
Cubrimos el resto de la tarta con el glaseado que queda y adornamos al gusto, en este caso con azúcar de color naranja y con un poco del glaseado más unas gotas de colorante verde.
Guardamos en la nevera unas horas cómo mínimo, aunque mejora tras un día de reposo.