La leche de coco es un compuesto a base de pulpa de coco rallada y agua. No debemos confundirla con el agua de coco, que es el jugo que encontramos en el interior del coco. Tiene propiedades depurativas, ya que, además de ser diurética, tiene un alto contenido en fibra. Además, es muy rica en calcio y fósforo.
Esto, junto las propiedades antioxidantes de la calabaza y la gran cantidad de betacarotenos que posee, hace de esta receta un plato sanísimo además de sabroso.
Si usamos caldo vegetal tendremos un plato totalmente vegano.
- 350 - 400 gr. de calabaza
- 1 patata mediana
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 50 gr. de aceite de oliva virgen extra
- un poco de jengibre fresco (opcional)
- 600 gr. de caldo de pollo desgrasado (ó 600 gr. de agua + 1 cucharada de concentrado de caldo de pollo casero)
- 1 cucharadita colmada de curry en polvo
- 1 lata de leche de coco
- sal
Pelamos y cortamos en cuartos la cebolla y la ponemos en el vaso con los dientes de ajo.
Picamos durante 6 segundos a velocidad 4.
Añadimos el aceite y programamos 5 minutos, temperatura varoma, velocidad 2.
Pelamos y quitamos las pepitas a la calabaza, la troceamos y añadimos al vaso.
Agregamos la patata, también pelada y troceada, el cucharadita de curry y una pizca de sal.
Trituramos 6 segundos a velocidad 5.
Incorporamos el caldo y la leche de coco y programamos 20 minutos a 100º, velocidad 2.
Una vez transcurrido el tiempo trituramos todo muy fino durante 15 segundos en velocidad máxima.
Rectificamos el punto de sal y servimos muy caliente en cuencos con unos picatostes, unas setas a la plancha o, como en este caso, con unas gambas peladas a la plancha o al microondas.